PROGRAMA DE CURSOS
NUESTROS PROGRAMAS:
- Cursos regulares e intensivos: $ 85,00 16 clases de tres a cuatro veces a la semana hasta finalizar.
- Cursos vacacionales: $60,00 12 clases (EN 04 SEMANAS) durante el periodo vacacional.
HORARIO PARA EL CURSO VACACIONAL DE NATACIÓN DEL MES DE JULIO 2025
FECHA INICIA : 05 DE JULIO FECHA FINALIZA : 30 DE JULIO
DÍAS: MARTES, JUEVES Y VIERNES DE 15H30 A 16H30 Y LOS DÍAS SÁBADOS DE 09H30 A 10H30
IMPORTANCIA DE LA NATACIÓN
La familiarización es el proceso de adaptación inicial en el medio acuático, en el que el alumno sentirá y experimentará sensaciones totalmente distintas a las que percibe en el medio terrestre, con el fin de tomar confianza en el agua.Es muy importante que las primeras experiencias con el agua sean positivas y que el niño o niña se sienta siempre seguro y protegido. La edad para aprender a nadar se sitúa normalmente en los 4 años, puesto que es cuando pueden desarrollar las habilidades de coordinación necesarias. Aun así, podemos comenzar a familiarizarlos con el agua desde más pequeños, siempre que estemos acompañándolos en todo momento.
El objetivo de la familiarización es conocer el medio
acuático, conocer el contacto con el cuerpo y empezar a chapucear. Se
considerará que se ha superado la fase de familiarización cuando el niño:
Es capaz de
sentir el agua en zonas sensibles del cuerpo
Es capaz de
perder el contacto con el suelo
Es capaz de
abrir los ojos bajo el agua
Es capaz de desplazarse sin un soporte fijo
La mejor manera de aprender a nadar es desde el juego y de
manera paulatina, nunca debemos lanzarlo al agua para que aprenda a nadar por
sí solo, puesto que además de peligroso, es probable que le genere una mala
experiencia difícil de superar.
Algunos
ejercicios de familiarización podrían ser los siguientes:
En la
esquina sacudir piernas
Entrar en el
agua desde las escaleras poco a poco
Caminar en
el agua
Echar agua
uno al otro
Coger
objetos desde el fondo
Abrir los
ojos bajo el agua
Lo ideal es empezar en la piscina pequeña (en una piscina
que no cubra mucho y puedan hacer pie) y según se van familiarizando poco a
poco pasaríamos a una piscina que cubre.
Respiración
Cuando vamos a practicar la respiración primero se realizan
ejercicios para trabajar la respiración estática y una vez que hayamos
conseguido esta se trabaja la respiración dinámica.
Los primeros ejercicios en el agua están enfocados a
practicar la respiración estática y hacer que el niño o niña entienda cómo
aguantar y soltar el aire cuando está sumergido. Para ello, podemos practicar
el juego de las burbujas, que consiste en coger aire, meter la cabeza debajo
del agua y soltarlo, formando así burbujas en el agua. Primero lo haremos
nosotros y después, agarrando al pequeño por los brazos o axilas, haremos que
lo haga también. Este ejercicio sirve para que aprenda a sostener la
respiración cuando está bajo el agua de manera divertida. A medida en que gane
confianza, puede realizarlo también agarrado al borde de la piscina, aunque
siempre bajo nuestra supervisión.
Para trabajar la respiración dinámica, podemos practicar el
juego del balón, que consiste en empujar y llevar un balón de un lado a otro de
la piscina, soplando aire fuerte.
Flotación
La flotación es otra cualidad del agua que permite efectuar
movimientos de difícil consecución en el medio terrestre (11). Los niños y
niñas tienen una baja masa ósea y muscular, el flotar con mayor facilidad,
favorece el desplazamiento de sus miembros inferiores y superiores. Pero,
coordinar los movimientos y la respiración en el agua no es una tarea sencilla,
así que es mejor empezar poco a poco.
La secuencia
de trabajo a la hora de trabajar la flotación es la siguiente:
Flotación
parcial con ayuda de material fija (por ejemplo, agarrando el borde)
Flotación
parcial con ayuda (por ejemplo: un compañero, monitor)
Flotación
global con ayuda (por ejemplo: tabla, churro flotante)
Ejemplo: podemos comenzar por practicar el movimiento de las
piernas, enseñándole a dar patadas en el agua que luego servirán para que pueda
desplazarse. Para ello, lo mejor es que empiece a practicar cogido al borde de
la piscina o mientras lo agarramos por los brazos o piernas. Una vez gane
confianza, podemos movernos hacia atrás sin dejar de sostenerlo, de forma que
pueda comenzar a familiarizarse con la flotación en el agua. El siguiente paso
consiste en que realice el mismo ejercicio con una tabla flotante, aunque
debemos realizar estos pasos a medida en que el niño o niña se sienta seguro,
sin que deje de resultar un juego.
Propulsión
La propulsión es la
acción que realizamos con las extremidades superiores e inferiores para lograr
vencer la resistencia al agua y de este modo poder desplazarnos en el fluido.
Lo más difícil de aprender a nadar es dominar la flotación
mediante el movimiento de brazos y piernas, algo que el niño o niña aprenderá
de forma natural a medida en que gane confianza dentro del agua. Para
conseguirlo, un buen ejercicio consiste en sostenerlo situando los brazos bajo
su barriga para evitar que el tronco se sumerja y hacer que mueva brazos y
piernas, desplazándonos por la piscina.
Al principio, para moverse de manera autónoma es habitual
utilizar otros elementos flotantes además de la tabla, como los manguitos o el
flotador, aunque es mejor animarlo a que vaya dejándolos poco a poco y aprenda
a flotar y moverse sin ellos. De lo contrario, luego puede que le cueste más
desprenderse de ellos y eso dificultará sus movimientos para nadar correctamente.
Una vez haya cogido confianza, podemos empezar a realizar
juegos con pelotas y elementos flotantes. Un ejercicio divertido puede ser
lanzar la pelota para ir a buscarla, siempre en la zona de la piscina en que el
niño o niña haga pie. De esta forma, podrá empezar a practicar los movimientos
de nado sin ningún riesgo. Antes de empezar a nadar una de las formas más
habituales es desplazarse nadando como al “estilo de perro”.
Aprender a nadar es algo que requiere de tiempo y práctica,
y la mejor manera es que el niño o niña lo consiga de manera lúdica. De esta
forma, disfrutará con un deporte muy beneficioso para su salud, desarrollando
su coordinación, flexibilidad, fuerza muscular y sociabilización, tanto con los
padres como con otros niños y niñas presentes en el grupo. Además, algunos
estudios señalan que los ejercicios acuáticos promueven mejoras en el
neurodesarrollo.
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